jueves, 4 de enero de 2007

Cielo y tabla

El ruido se metio en mi oreja como un relámpago. Era fin de año, y las luces artificiales cubrieron el cielo de distintos colores, como si un pintor con su paleta estuviera, con su pincel buscando infinidad de colores que le daba a su tela oscura y enorme

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